La Taha – Pitres

El municipio de La Taha, se encuentra en la ladera sur de Sierra Nevada, en la provincia de Granada, y en la conocida comarca de la Alpujarra, a 80 kms. de la capital. Situado entre los sonoros barrancos Bermejo y de la Sangre. Con una extensión de 28,80 Kms. cuadrados el municipio tiene un desnivel considerable ya que su cota más alta se encuentra en torno a los 2.400 m. y la más baja apenas en 600 m. La Taha se halla integrada por la villa de PITRES, cabecera del Ayuntamiento (con su anejo de CAPILERILLA) y los lugares de FERREIROLA (con otro anejo llamado ATALBÉITAR) y Mecina – Fondales , compuesto por tres pueblecitos: MECINA, MECINILLA, y FONDALES. También podemos mencionar otro núcleo de población: El PUERTO DE JUBILEY, una cortijada construida en la confluencia de los límites de tres municipios, por lo que sus casas están compartidas entre Órgiva, Torvizcón y La Taha.

El municipio se encuentra justamente en pleno corazón de la Alpujarra Alta, donde montaña y cielo se dan la mano. Los orígenes de este conjunto de pueblos se remonta a época romana, y todavía hoy podemos encontrar restos arqueológicos que nos hablan de la importancia que tuvieron durante la dominación árabe. En esta época llegó a ser famosa la calidad de la seda que producían los citados pueblos y las batallas que tuvieron lugar entre los cristianos y los moriscos, siendo ésta la causa que llevó a Felipe II a nombrar a Pitres como villa, por su valentía.

Actualmente el viajero puede disfrutar de lugares pintorescos, en los cuales se encuentran castaños centenarios, fuentes naturales, ríos, barrancos y unas vistas excepcionales del paisaje alpujarreño y de Sierra Nevada. Este nido de pueblos es un lugar maravillosos para descansar en un entorno plenamente natural, pero en el que se pueden encontrar todos los servicios necesarios para una estancia confortable.

Pitres está comunicado diariamente con la capital de la provincia (Granada) por tres servicios de autobuses y taxi. Es además centro sanitario, cultural y educativo de la zona. Como tal dispone del centro de urgencias de la Alpujarra Alta, un centro de educación de secundaria de la zona, una biblioteca, dos asociaciones culturales, una musical y otra deportiva. Cuenta también con un centro industrial artesanal de artículos de danza (ballet y flamenco) de proyección internacional. Son famosos los dichos y leyendas que han hecho que la fama de alguno de estos pueblos haya trascendido las fronteras alpujarreñas, como la leyenda de los «Bárbaros de Pitres», el «Puerto de mar de Pitres» y la expresión tan conocida de «Apaga y vámonos».

Una de las peculiaridades de la Taha es su riqueza cultural debido a las diferentes procedencias (nacionales e internacionales) que posee su población: al ser lugar de asentamiento de numerosos artistas, músicos, escritores, y otras personas que buscan la tranquilidad y el sosiego, huyendo de las ciudades y del turismo bullicioso.

Pero, por si algo han trascendido los pueblos de La Taha es por su arquitectura blanca, menuda y muy humana. Las habitaciones son pequeñas, las ventanas escasas, no existen balcones sino antepechos, terrazas sino terraos, en vez de soportales aparecen tinaos. Las alturas son pocas y las casas cabalgan unas encima de otras adaptándose a la montaña. Se asientan sobre la roca, que a veces se excava para dar lugar a más habitaciones. La construcciones tan peculiar sólo responden al terreno en el que se ubica. Se usan vigas de castaño, lajas de pizarras, todo lo que origina un aspecto muy humano.

LA TAHA MUNICIPIO ECOLÓGICO
La gestión medioambiental, pieza clave para un desarrollo sostenible

En 1998 Iniciativas Lider Alpujarra propuso al Ayuntamiento de La Taha que participase en un proyecto piloto de la Consejería de Medioambiente de la Junta de Andalucía, para la implantación de la Norma Internacional sobre Sistemas de Gestión Medioambiental (ISO 14.0001:96) en municipios. El Ayuntamiento aceptó el reto ya que coincidía con la línea de trabajo que se estaba desarrollando en el municipio desde hacía años con respecto a la protección del medio ambiente. Pero además la norma ISO 14.001 define una metodología con la que conseguir una mayor eficacia y obliga a un control de la gestión ambiental que no aportan otras herramientas de gestión.

Después de un gran esfuerzo, en otoño de 1999, La Taha se convirtió en el primer municipio de la provincia de Granada en obtener el reconocimiento internacional por la gestión medioambiental que está realizando su Ayuntamiento, existiendo únicamente dos experiencias similares en toda Europa.

La Certificación en un Sistema de Gestión Medioambiental (SGMA) implica un trabajo continuado, ya que es mucho más que un simple reconocimiento puntual y que queda en una declaración de intenciones. Su mantenimiento requiere una labor constante para poder dar cumplimiento a todos y cada uno de los requisitos que exige la norma, y además para dar respuesta a los compromisos de mejora constante en la gestión medioambiental asumidos por el Ayuntamiento.

En el camino hacia el Desarrollo Sostenible del municipio el mes de noviembre de 2002 se firmó, por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento, la carta de Aalborg adhiriéndose así a la Campaña Europea de Ciudades y Poblaciones Sostenibles. Con ello se ha puesto en marcha la Agenda 21 Local de La Taha. Convirtiéndose así en el primer municipio que posee la certificación en Sistema de Gestión Medioambiental según la norma ISO 14.0001:96 y una Agenda 21 Local. Estas dos herramientas voluntarias de gestión se complementan perfectamente: el SGMA pone su fuerza en la gestión propia del Ayuntamiento, y la Agenda 21 Local en la participación ciudadana.

Desde la obtención del certificado de AENOR La Taha ha pasado a convertirse en un municipio peculiar, y punto de referencia para muchos de los municipios que quieren trabajar en el camino hacia un Desarrollo Sostenible.

El Ayuntamiento dfe la Taha ha obtenido recientemente el Premio Ciudadano del Medio Ambiente organizado por la FAM;P, y en el año 2000 fue finalista a nivel internacional del Premio Mediterráneo del Paisaje promovido por la Junta de Andalucía, la Región Languedoc-Rousillon y la Regione Toscana.

MONUMENTOS

La ventaja que tiene La Taha, con respecto a sus monumentos, es que aquí no existen horarios de visita, ni guías de viaje; no habrá que esperar largas colas. Aquí los monumentos son de muchos tipos: castaños milenarios, veredas casi silvestres, fuentes encantadas, viejas leyendas, flores desconocidas, arroyos anaranjados.

A poco que uno abandone la carretera, se puede encontrar una espesa red de caminos que le llevarán a cualquier parte. Gracias a ellos llegaremos de un pueblo a otro sin pisar el asfalto: son los caminos reales; o bien nos llevarán junto al rumor del agua; son los bordes de las acequias; puede que encontremos eras olvidadas, o quizás un cortijo abandonado; son antiguos senderos apenas utilizados. Pero hay que destacar por su espectacularidad a las Escarihuelas. Son caminos reales que zigzaguean entre las montañas salvando grandes desniveles del terreno. Las más famosas son las de Busquístar, que nos lleva al Cerro del Conjuro, antiguas minas de hierro; la de Panjuila, que lleva a unos baños en esa zona, o su gemela, la Escarihuela de la Mezquita, que llega a Busquístar, y por último la de Fondales, en dirección a Órgiva.

Como es lógico en este tipo de terreno abundan los puentes. A cada paso del camino hay que vadear un río, pasar un camino o saltar una acequia. Quizás el más importante sea el Puente de Fondales, que algunos llaman romano, probablemente de época bajomedieval, ya sea dominación romana, o bien época musulmana.

Pero también se puede contar el puente de Ferreirola, de origen natural, o el llamado Pontón de Juan Pérez, o puente de las ratas.

Si caminamos por la Escarihuela de Fondales, y cruzamos el Puente romano, el camino nos conduce directamente hasta el aljibe de Campuzano, fechado entre los siglos XII-XIV. Otro más pequeño es el llamado aljibillo quebrado, que hoy aparece casi enterrado.

También junto al Puente de Fondales aparece uno de los muchos molinos harineros que hay esparcidos por todo el municipio. La mayoría de los molinos están a la vera del río Bermejo, con nombres tan sonoros como el molino del Sol, el de los Berros, la Molineta, o el Molino del Puente, de la carretera, o del camino de Pórtugos, el Centrón, etc. Semejantes son los molinos de aceite, más conocidos como almazaras, existían uno en la entrada de Mecina, donde todavía hoy se ven sus restos recuperados, y el de las zorreras en Ferreirola.

Para los aficionados a la arqueología cabe mencionar dos parajes, donde los restos de otras épocas afloran. El primero es el despoblado de Aylacar, ubicado entre Pitres y Capilerilla. Todavía hoy se aprecian los restos de alguna casa. Allí estuvo un pueblo morisco, que con el paso del tiempo sus vecinos fueron dejando hasta abandonarlo completamente. También es muy interesante conocer la iglesia antigua de Capilerilla, situada en un extremo de este pueblo, junto a la era. Precisamente en la era descansan las piedras de cantería, que formaban las partes nobles del edificio.

El único monumento que merece destacarse con ese nombre, al menos por su extensión, es el Castillejo de Poqueira, situado justo debajo del mirador que se asienta en dicho barranco. Si bajamos por una senda podemos descubrir una plaza de armas y delante la torre del homenaje.

Si añadimos a este tesoro el del medio físico obtendremos un lugar especialmente atrayente para visitar. Fuentes ferruginosas, es decir fuentes con sabor a hierro; otras con gas, algunas sencillamente de agua. La fuente de Aben Abó, la Fuente Paula, el Aguagria, o la Fuente Presidio son algunas de las muchas que hay. Precisamente son las fuentes las que han permitido que se levantaran otras construcciones dignas de visita: las antiguas Fuentes-Lavadero. Todos los pueblos de La Taha conservan sus antiguos lavaderos públicos; y hoy se muestran celosos guardianes de los rumores que les dejaron nuestras antepasadas.

Fiestas

En La Taha son numerosas las fiestas existentes, porque cada uno de los siete núcleos de población celebra sus propias fiestas. La mayoría han trasladado sus celebraciones para hacerlas coincidir con el verano. Junto a estas fiestas se mantienen las tradicionales, las de toda la vida. El día del Patrón, la ceremonia religiosa sigue celebrándose como antaño. Son las contradicciones de los espacios turísticos que se ven obligados a vender su espíritu al viajero, pero que se empeñan en no olvidar su verdadera esencia.

· Chisco de San Antón: Todos los núcleos, 16 de Enero.
Al anochecer los vecinos se juntaban para hacer grandes hogueras y quemar los enseres inservibles. De esta manera se aseguraba la protección de San Antón, patrón de los animales. Éstos acudían a la procesión junto a las personas, para tener la bendición del santo. En la actualidad la tradición se ha reducido a un chisco por núcleo de población, donde todo el mundo se reúne, para asar carne y disfrutar alrededor del fuego. Se canta, se come, y se baila, y finalmente los mozos jóvenes intentan saltar el fuego para probar su valentía.

· Virgen de la Candelaria: Atalbéitar, febrero.
La imagen de la Virgen de la Candelaria, es procesionada por todo el pueblo, y a su paso se encienden «candelas», hoy sustituidas por bengalas. En la plaza del pueblo se prepara al amor de la lumbre un caldo tradicional, para ayudar a pasar el tiempo.

· San Francisco de Paula: Capilerilla, primer fin de semana de abril.Fiestas muy íntimas, donde los vecinos de un pueblecito de apenas 20 habitantes, homenajean a su patrono, San Francisco de Paula. Se oficia misa al aire libre, en una era; después recorren el pueblo en procesión; y al finalizar ofrecen una merienda compuesta por postres tradicionales (buñuelos, roscos, etc. regados con vino de la zona).

· San Marcos: Mecina-Fondales, 25 de Abril.
La celebración tradicional de San Marcos, se limita a una celebración íntima, que incluye: misa, procesión, y un convite para los vecinos del pueblo. La festividad en realidad se traslada hasta el mes de Agosto, ya que apenas hay habitantes en el pueblo.

· San Roque: Pitres, 15, 16 y 17 de Agosto.
Se trata de la fiesta principal del municipio por el número de visitantes que acuden a ella, además de ser el patrono de Pitres. Tras el pregón de fiestas se otorgan los premios de Medio Ambiente «El Puerto de Pitres» a los alojamientos, bares y restaurantes que colaboran en el cuidado del entorno. El último día, al terminar las fiestas, la cofradía de pescadores «La sardina resucitá» celebra una tradicional sardinada en la era de Capilerilla.

· Cristo de la Expiración: Pitres, Segundo viernes antes del viernes santo. El día del Cristo de la Expiración es la segunda fiesta local en importancia, después de la festividad del patrono San Roque. Festividad exclusivamente religiosa, la talla tienen una gran devoción popular, y son numerosas las personas que se desplazan desde todos los rincones de la geografía para acudir a la procesión «del Cristo», como popularmente se denomina. La talla es de una gran riqueza, y sustituye a una anterior que fue destruida en la guerra civil. La actual es de escuela barroca granadina, del magnífico escultor Domingo Sánchez-Mesa.

· San Marcos y San Cayetano: Mecina-Fondales, Segundo fin de semana de agosto.
Los copatronos de Mecina-Fondales, ejercen su influencia sobre los tres barrios de Mecina, Mecinilla y Fondales. Al parecer San Cayetano era el antiguo patrón de Mecinilla donde tenía una ermita hoy desaparecida, de forma que se reunieron en la iglesia parroquial a los dos santos. En la actualidad, y continuando una tradición de muchos años, la procesión recorre los tres barrios -separados físicamente entre sí, y distantes más de un kilómetro-, ofreciéndose un refresco al finalizar en Fondales.

· Virgen de Gracia: Atalbéitar, segundo fin de semana de agosto.La imagen de la Virgen de Gracia es la misma que la de la Virgen de la Candelaria, que cambia de vestuario. La imagen es procesionada por el pequeño núcleo de Atalbéitar, de apenas 10 habitantes, cuya población se multiplica en esos días. Las fiestas incluyen también cucañas -juegos infantiles- para todos los niños, así como una verbena. Por la noche se fríe carne para todo el pueblo y a medianoche se sirve un caldo casero preparado en la plaza del pueblo.

· La Santa Cruz: Ferreirola, cuarto fin de semana de agosto.
Aunque la festividad de la Santa Cruz es en Mayo, la ausencia de población ha hecho necesario trasladar la fiesta al mes de agosto, donde se organizan un baile de disfraces, y termina con el tradicional «entierro de la zorra».

· Virgen del Rosario: Fondales, primer fin de semana de octubre.
El núcleo de población de Fondales, homenajea a su patrona en una pequeña ermita. Desde allí sale una procesión por todo el pueblo, y

· Mauraca, fiesta de la castaña: Todos del núcleos. Día de todos los santos. Noviembre.
Es la festividad que coincide con el fin del ciclo agrícola. Los vecinos se reúnen en hogueras, donde se fríe la carne, pero especialmente se asa carne y se bebe «chapurrao». Esta última bebida consiste en mosto de vino que todavía está fermentando, que se apaga con aguardiente.